domingo, 30 de noviembre de 2008

Alza la vista y ve se queda contemplando el sol en su forma más bella, la blancas nubes cambian de color, el aire tiene un aroma diferente, puede sentir el rocio del cesped en sus pies, puede escuchar el juego de la brisa con los pinos.Emocionada empieza a correr colina abajo.Casi se tropieza, pero sigue corriendo igual.Se dirige al arroyo, el agua le recorre por lo poros en un deliz, juega inocentemente a ser niña otra vez.Sin querer como un capricho del destino, encontró en uno de los árboles su hermosa muñeca de risos dorados, la cuál la acompaño en todo lo que ella hacía, la abrazó fuertemente y calló de rodillas, unas lágrimas le recorrieron por las mejillas.Mientras caminaba se encontraba con las marcas que había hecho en los árboles para jugar a la escondida.Se limitó a acostarse en uno de ellos y quedarse dormida como siempre solía hacer, mientras se quedaba viendo las graciosas figuras de las nubes.Una suave brisa la despertó luego de un tiempo, miró al cielo y el paisaje había cambiado.Vió unos maravillosas luces que para ella siempre habían sido como terrones de azúcar, acompañada de una extraña figura blanca como la nieve que le hacía recordar a unas galletas que le preparaba su tía.Cinco segundos después volvió a quedarse dormida..

No hay comentarios: