sábado, 5 de mayo de 2012

La inspiración, esa cosa loca que viene caprichosamente cuando se le da la gana, en mi caso en especial siempre lo hace cuando estoy en la calle o viajando, pero hoy fué el día tan bizarro que volvieron a mí las ganas de escribir como solía ser en los viejos tiempos y justo poder tener la computadora para mí, no por despecho, no por enojo, no por orgullo, sino para poder plasmar reflexiones y sentimientos de tranquilidad y armonía.Sí, como venía diciendo, este año iba a tener un panorama diferente y así fue, mi cabeza se abrió básicamente un 150% masomenos (un poco de humor y exageración nunca viene mal) y fué como si el mundo que yo creía que existia se desmoronara para poder expandirse y ver que hay muchísimas cosas más allá de las que yo creía, que hay cosas que nunca me hubiera imaginado y que tenía que abrir mi cabeza muchísimo más, empezar a ponerme en los zapatos de los demás verdaderamente y poder ver la realidad desde otra perspectiva más amplia; en la cuál no somos el ombligo del mundo y los problemas que tenemos que creiamos que eran gigantes como elefantes en realidad no eran ni siquiera como el tamaño de una hormiga.Es increíble ver que el éxito que considera el mundo, no es el verdadero éxito y la verdadera felicidad, sino que hay algo más allá que aunque pareciera tan complejo, y tan simple y sencillo que un niño lo podría entender.Poder ser niños otra vez, es una de las claves aunque no lo paresca para poder entender esas cosas perfectamente puras; la inocencia, la sencillez, la esperanza, la felicidad con mínimas cosas, el apreciar detalles de la vida que los adultos no pueden ver, lo perceptivo y muchísimas cosas que son apreciables.Aprendí que el tiempo es algo que se nos escapa de las manos y aunque el momento paresca lento y hasta eterno, en realidad es algo que se desvanece de una manera que no podemos llegar a apreciar, a valorar las cosas que tenemos ahora y disfrutar a en su porcentaje máximo, es decir, de exprimar y aprovechar lo mayor posible esos detalles que parecen mínimos, pero que son  tan importantes al fin y al cabo.

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